Los guiados por Dios (Parte 6)

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”
(Romanos 8:14)

Hoy sabemos con mayor certeza que la prueba de que somos miembros de la familia de Dios (una marca de nuestra adopción) es que tomamos decisiones y seguimos aquellos caminos que están dentro de la perfecta voluntad de Dios. Si nos llamamos cristianos, es necesario que nuestra vida siempre refleje que es guiada por la sabiduría celestial. Sin embargo, todos nosotros, en algún momento, le hemos fallado a Dios, hemos tomado decisiones erradas y necias que solo han traído pesar, tristeza y amargura a nuestra vida. ¿Significa esto que ya no somos hijos de Dios? ¡De ninguna manera! ¿Se ha perdido aquello que Dios tenía planificado para nosotros? Depende desde qué ángulo estemos mirando.

Desde el punto de vista humano, tanto Moisés como Abram perdieron un preciado tiempo por causa de sus malas decisiones y pasos equivocados. A Moisés le tomó 40 años salir del atolladero en el que se metió, y como si fuera poco, lo que se “perdió” en el desierto fue su etapa de mayor productividad. Solo piensa: sus estudios, su herencia, su posición de privilegio, la oportunidad política, ¡todo por la borda! Asimismo, lo único que Abram ganó fueron disputas y divisiones en su hogar, y 13 años de incertidumbre, sin saber hacia donde se dirigía y qué Dios pensaba del asunto de su hijo ilegítimo. ¡Que tristeza!

Ahora bien, no podemos perder de vista algo sumamente importante: nuestro Dios es nuestro Padre. La palabra establece que él nos ama de tal forma que quiere lo mejor para nosotros y para ello nos corrige:

“No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de su corrección. Porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere.”
(Prov.3:11-12)

¿Qué es lo mejor para nosotros? ¿Buenos autos, buena casa, una fortuna, salud, amor? Según la Palabra, lo mejor es poder decir como Pablo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas Cristo” (Gálatas2:20). ¿Qué significa estar “crucificado con Cristo”? Primeramente que Dios, a través de mis errores y fracasos, me enseña quién verdaderamente soy, mis defectos y mis debilidades. Entonces, a través de cada caída y retraso, él mata mi confianza en mí mismo, y me enseña a depender enteramente de su poder. Es en este tiempo que Dios toma cada vez más control de mi vida a través de su Espíritu. Es cuando mi ser natural va muriendo lentamente (esto es lo que significa “crucificado”) y mi ser espiritual se va levantando.

Moisés no perdió su vida, sino que la ganó. En el desierto murió a su vanagloria y se preparó para su ministerio. Abram aprendió a esperar en Dios y confiar en Su fidelidad. Ambos cumplieron sus ministerios a cabalidad, siendo nombrados por Dios como campeones de la fe (Hebreos 11:8-19, 24-29). Y nosotros hoy, no importando el desierto o el silencio que estemos pasando por causa de nuestras malas decisiones, tenemos que aprender a confiar en un Dios soberano que tiene todo bajo su control, que nos ama entrañablemente, que no va a permitir que nos echemos a perder, sino que va a terminar la obra que ya comenzó.

En Cristo,
Gadiel

Comments

J. Farrant said…
Muy cierto Gadiel...la verdad es que, cuando vez que Moises perdio 40 anos, uno no se siente tan mal con los que pierde!! Y aun asi Dios lo uso con gran poder!

Mira, te iba a recomendar unos libros pa que los pongas en tu lista: Velvet Elvis y Sex God de Rob Bell, de quien te recomiendo bajes sus podcasts de su iglesia (Mars Hill) en Itunes, y The Secret Message of Jesus, de Brian McLaren. Saludos a toda la gente de Arecibo, especialmente pa los que no se olvidan de uno!
Pastor Gadiel said…
Gracias Jaime por tus comentarios y sugerencias. Espero verte pronto por aca!
J. Farrant said…
Bueno, a ver cuando nos vemos...ve preparando las galletitas y la picaera, que el corillo te va a dar un matutino!

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