Los pecados que toleramos – La Impiedad

(Esta serie esta basada en el libro “Respectable Sins", de Jerry Bridges, NavPress, 2007, también disponible en español - un excelente recurso para el discipulado y crecimiento espiritual personal)

La Palabra de Dios nos exige una vida de santidad como un resultado natural de nuestra conversión a Cristo. Más aún, la Biblia nos enseña que el remedio para el pecado en nuestra vida es conocer dos verdades sumamente importantes:

  • Que el sacrificio de Cristo en la cruz nos libró del dominio y la culpa del pecado
  • Que el Espíritu Santo está trabajando hoy para librarnos de los hábitos pecaminosos que quedan en nosotros


Ahora bien, ¿cómo es esto en la práctica? ¿Puede un cristiano vivir una vida mas digna, limpia, mas ejemplar para el resto de la sociedad? Esta pregunta es muy importante dado el grado de mal testimonio que como iglesia damos todos los días a la sociedad general. Pareciera que la predicación del evangelio no está surtiendo mucho efecto en los que nos llamamos cristianos.

Si vemos esto con cuidado, notaremos que la realidad es que los que servimos a Cristo en verdad, sólo somos “rebeldes perdonados”, gente en proceso de ser re-creados a la imagen, a la semejanza, al parecido de Dios. Tenemos todavía nuestro mal carácter, malos hábitos y costumbres, los cuales no se parecen en nada a las virtudes que la Palabra describe de nuestro Padre. Y así, aunque hoy todavía no nos parecemos a Él, ya su Espíritu está trabajando en nosotros para cambiarnos y hacernos mas parecidos a Cristo.

Una de estos malos hábitos que quedan arraigados en nuestro interior es la impiedad. Este término es un poco difícil de tragar (para nosotros el “impío” es un hombre malvado, pecaminoso). Sin embargo, el término habla de uno que es “falto de religión”, o sea, falto de devoción, falto de una “actitud hacia Dios”.

¿Cómo puedo ser cristiano y tener una “mala actitud” hacia Dios? Esto ocurre cuando vivimos nuestra vida cotidiana sin tener en cuenta a Dios. Esto incluye todo lo que hacemos en el trabajo, la casa, con las amistades, en los negocios, en nuestro matrimonio, o sea, todo lo que hacemos fuera de las reuniones de la congregación a la que asistimos. Actuamos con impiedad cuando Dios es “irrelevante” en nuestras vidas.

¿Cuándo es Dios irrelevante en mi vida? Cuando no tenemos presente que:

  • Dependemos de él para todo (busca Santiago 4:13-17)
  • Somos responsables delante de él (busca Colosenses 1:9-10)
  • Fuimos salvados para vivir para su gloria (busca 1ra Corintios10:31, Colosenses 3:22-23)
  • Tenemos que mantener intimidad con él (busca Salmos 42:1-2)

Entonces, ¿qué debemos hacer? Debo entender hoy que mi vida como cristiano esta siendo vivida ante la presencia de Dios cada día. Así que, necesito asegurarme que:

Conduzco mi vida (trabajo, matrimonio, negocios, etc.) de una manera que agrade a Dios
Busco hacer cosas que traigan gloria (honra) a Dios ante los demás

Con esto me aseguraré no vivir una vida sin Dios (impíamente), como si él solo estuviera presente en los servicios de la congregación pero no en la totalidad de mi vida (desde mi levantarme hasta mi acostarme, aún en mis sueños).

En Cristo,
Gadiel

Comments

Amen! Gracias por esto. Es tan cierto, ver como yo que proclamo concer a Dios lo ignoro tantas veces en mi dia a dia. Como aun reconociendo que estoy pecando sigo haciendolo, por eso Rom 7 es tan especial para mi. Ver que aunque somos santos somos pecadores, y la unica esperanza esta en el verso 25: Gracias doy a Dios, por Jesucristo Senor nuestro. Gracias por traer la verdad del evangelio.
Ruben said…
Tener a Dios presente en todo lo que hacemos es verdaderamente darle el primer lugar.

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