Los pecados que toleramos – El descontentamiento

(Esta serie esta basada en el libro “Respectable Sins, de Jerry Bridges, NavPress, 2007,también disponible en español - un excelente recurso para el discipulado y crecimiento espiritual personal)

El descontentamiento es un estado de ánimo que se manifiesta cuando enfrentamos circunstancias en nuestra vida que no podemos cambiar. Hay razones justas en la vida del cristiano para estar descontento. Por ejemplo, nunca debemos estar conformes con nuestro crecimiento espiritual; ¡en Dios siempre hay más! Tampoco debemos estar satisfechos con la injusticia y la maldad en la tierra; ¡anhelamos la justicia de Dios, el Reino celestial en la tierra! Este tipo de descontento es bueno, porque nos motiva a actuar positivamente, a favor de los asuntos de Dios.

Ahora bien, ¿cuándo el ánimo descontento es pecado? Cuando escojo sentirme miserable y desgraciado por las circunstancias de la vida. Bien puede ser algo trivial como mi estatura o peso, algo mas complejo como mi estatus económico, soltería, un matrimonio infeliz, o algo aún mas serio como un defecto físico, mala salud o la pérdida de un ser querido. Pero, ¿cómo es posible que llamemos a esto pecado? ¿No es justo sentirse mal cuando las cosas no me salen bien en la vida?

El descontentamiento es pecado por lo siguiente:
  1. Es una actitud que yo escojo, no necesariamente proporcional a mi problema
  2. Muestra mi rechazo a la providencia y soberanía de Dios - Él me ha hecho como soy y me ha puesto en mi circunstancia, con un propósito que debo aceptar y con el cual debo cooperar.
  3. Desenfoca mi vida para que me vaya tras las cosas que Dios no diseñó para mi
  4. Abre la puerta al resentimiento y amargura contra Dios, lo cual a su vez traerá desánimo y depresión a mi vida

¿Qué debemos hacer?:
  1. Creer en la soberanía de Dios, que él es bueno y sabio, y todo lo que hace con nosotros es para nuestro bien
  2. Orar por las cosas que nos afectan (ej, una enfermedad) para que si Dios quiere, quite de nosotros el pesar
  3. Orar por sabiduría para utilizar lo que Dios ha permitido en mi vida para su gloria

O sea, es cuestión de una actitud correcta, de aceptación de la voluntad de Dios, de entender que él tiene un mejor plan para ti del que tú puedes pensar, de someterte a Dios y buscar con pasión hacia donde él te quiere llevar.

“Todos los días del afligido son difíciles; Mas el de corazón contento tiene un banquete continuo.” (Proverbios 15:15)

En Cristo,
Gadiel

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