La "Inclusión" y el Cristiano
INCLUSIÓN – “Introducción de una cosa en el interior de otra o dentro de sus límites”
- Nadie tiene la verdad absoluta; con su corolario: “hay muchos caminos a Dios”
- Jesús solo habló y mostró amor, no “doctrina”; con su colorario: Las “doctrinas y dogmas” son inventos de las Iglesias para controlar la mente de la gente
- La verdad absoluta existe - De hecho eso es lo que predicamos. De no ser así, ¡cerremos las Iglesias y olvidémonos de toda esta patraña! Cuando somos confrontandos por el mundo y nuestro corazón duda, necesitamos recapitular en nuestro “cristianismo”. ¿En que creemos? ¿Dónde está fundamentada nuestra fe?:
- “Y sin embargo a mí, que les digo la verdad, no me creen… Si digo la verdad, ¿por qué no me creen?” (Juan 8:45-46)
- "Yo soy el camino, la verdad y la vida,le contestó Jesús. Nadie llega al Padre sino por mí” (Juan 14:6)
- “El Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce” (Juan 14:17)
- “Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.” (Juan 17:17)
- Jesús fue quien enseñó doctrina – Doctrina es “instrucción”, y ésta es la que luego pasaron los apóstoles de boca en boca y en sus escritos contenidos hoy en la Biblia. Cristo vino a clarificar la verdad acerca del mundo, de la vida, de la muerte, de la relación del hombre con Dios y con su prójimo. Esa “verdad” tiene pies y cabeza, y está contenida en un conjunto de declaraciones absolutas establecidas por su propia boca. En el cielo no hay grises, puntos medios, ni consenso. Dios es santo, separado, y él establece la separación entre lo bueno y lo malo, lo correcto e incorrecto, lo blanco y lo negro, el cielo y el infierno. Al mundo no le gusta lo que oye, porque le acusa. Nosotros le hacemos un flaco servicio a los hombres (¡y de facto los odiamos con todas nuestras fuerzas!) cuando les negamos el beneficio de escuchar la verdad que los liberará de su muerte eterna.
- “Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina” (Mateo 7:28)
- “Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.” (Juan 7:16)
- “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.” (Juan 7:17)
- “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.” (Hechos 2:42)
- “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.” (Romanos 16:17)
- No queremos perjudicarnos personalmente – Esta “cobardía” está bien fundamentada. Si somos odiados por nuestros hermanos y amigos, gobierno e instituciones, ¡nuestra vida sera una miseria en esta tierra!... ¡Bienvenido al verdadero cristianismo!:
- “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.” (Juan 15:18-19)
- No queremos renovar nuestras ideas – Todo este problema es producto de que los cristianos estamos pensando como piensa el mundo. Por definición somos una “contracultura”, o sea que “nadamos en contra de la corriente”. Esto implica que a lo que el mundo llame “bueno” (en la mayoría de las veces) tendrá un componente de pecado y rebeldía contra la verdad de Dios.
- “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2, NVI)
En Cristo,
Gadiel
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