Los pecados que toleramos – La Ansiedad
(Esta serie esta basada en el libro “Respectable Sins, de Jerry Bridges, NavPress, 2007,también disponible en español - un excelente recurso para el discipulado y crecimiento espiritual personal)
Los pecados “aceptables” o “menores” son aquellas cosas que “todos hacemos”, creyendo que son lo suficientemente pequeñas como para no afectar en gran manera nuestra vida espiritual. ¡Error! La Palabra nos enseña que hay deseos en nuestra carne que “batallan contra nuestra alma” (1ra Pedro 2:11). Son hábitos que permanecen en nosotros (aún después de nuestra conversión) que son contrarios al carácter que Dios quiere formar en nosotros.
La ansiedad (el “estrés”) es un modo de vida moderno. Todos nos preocupamos por los asuntos de nuestra vida (cómo pagar las deudas, con quién nos casaremos, el padecimiento de alguna enfermedad, la pérdida de un ser querido, etc.) y con razón. De hecho, como cristianos estamos llamados a ser responsables y diligentes en vivir vidas de provecho para nuestra familia y la sociedad; esto da honra a Dios. Así que es lógico estar algo ansiosos cuando no podemos conocer ni controlar el futuro, y de todas maneras ¡somos hechos responsables de los resultados! Estar ansioso nos ayuda a preocuparnos y “ocuparnos”. ¿Es esto pecado? ¡¡¡Por favor!!! …
La ansiedad es pecado, porque demuestra lo siguiente de mí:
Entonces, ¿qué debemos hacer?:
¡Aprendamos a confiar en nuestro poderoso y soberano Dios y viviremos en paz y tranquilidad todos los días de nuestra vida, para su gloria!
En Cristo,
Gadiel
Los pecados “aceptables” o “menores” son aquellas cosas que “todos hacemos”, creyendo que son lo suficientemente pequeñas como para no afectar en gran manera nuestra vida espiritual. ¡Error! La Palabra nos enseña que hay deseos en nuestra carne que “batallan contra nuestra alma” (1ra Pedro 2:11). Son hábitos que permanecen en nosotros (aún después de nuestra conversión) que son contrarios al carácter que Dios quiere formar en nosotros.
La ansiedad (el “estrés”) es un modo de vida moderno. Todos nos preocupamos por los asuntos de nuestra vida (cómo pagar las deudas, con quién nos casaremos, el padecimiento de alguna enfermedad, la pérdida de un ser querido, etc.) y con razón. De hecho, como cristianos estamos llamados a ser responsables y diligentes en vivir vidas de provecho para nuestra familia y la sociedad; esto da honra a Dios. Así que es lógico estar algo ansiosos cuando no podemos conocer ni controlar el futuro, y de todas maneras ¡somos hechos responsables de los resultados! Estar ansioso nos ayuda a preocuparnos y “ocuparnos”. ¿Es esto pecado? ¡¡¡Por favor!!! …
La ansiedad es pecado, porque demuestra lo siguiente de mí:
- Incredulidad – realmente no creo que Dios puede cuidar de mí como dice la Escritura en Mateo 6:31-35:
“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
- Providencia de Dios – no acepto el arreglo que Dios ha determinado sobre mi vida y mis circunstancias; no me gusta en donde me pusieron y las circunstancias que estoy viviendo, rechazando entonces lo que dice la Escritura en Romanos 8:28:
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
- Preocupación – Quiero controlar el mañana en vez de dejarle ese asunto a Dios, como dice la Escritura en Mateo 6:36:
“Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.”
Entonces, ¿qué debemos hacer?:
- Creer en la Palabra, que dice que Dios cuida de mí y ordena mi camino cada día, para mi bien final
- Aprender a orar con consistencia, dejando toda carga en las manos de Dios, llenándonos de fe y ánimo para continuar, adquiriendo sabiduría para tomar decisiones correctas cada día, y pidiéndole al Señor que nos enseñe las cosas que tenemos que aprender de la situación difícil que estemos pasando.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
Filipenses 4:6-7
“…echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”
1 Pedro 5:7
¡Aprendamos a confiar en nuestro poderoso y soberano Dios y viviremos en paz y tranquilidad todos los días de nuestra vida, para su gloria!
En Cristo,
Gadiel
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